Voy a enumerar ocho de las Cualidades que, a mi juicio, debe poseer un abogado para sobresalir en su profesión.
1. Facilidad de expresión oral y dominio del lenguaje:
Es fundamental, no sólo en la actuación ante los Tribunales, sino también a la hora de atender a los clientes. Es importante tener conocimientos profundos del tema en cuestión y además saber expresarlo de forma clara y precisa. Cualquier persona puede aprender a hablar con fluidez con los años de práctica jurídica. No obstante, quien posee esta aptitud de forma innata, va a tener ventaja sobre los demás.
2. Hábito o aptitud para la comprensión lectora:
Los juristas tenemos que leer constantemente y es fundamental comprender de forma rápida y eficiente lo que leemos. Quien no tenga estas dos cualidades no va a poder, en muchas ocasiones, abarcar las demandas que esta profesión requiere.
3. Sociabilidad:
Este componente es fundamental para la comercialización de nuestro trabajo. Podemos ser unos abogados válidos y fiables, pero debemos comercializar nuestro trabajo, debemos saber vendernos. Las personas seguras de sí mismas, comunicativas y extrovertidas tienen siempre mayor éxito profesional que las que no lo son.
4. Disciplina y orden:
Continuamente debemos estar atentos a caducidades, prescripciones, fechas ineludibles, etc.
Para ello, debemos saber planificarnos eficientemente, ser disciplinados y ordenados. Una buena planificación permite que podamos hacer muchas más cosas en menos tiempo.
5. Flexibilidad y espontaneidad:
Es importante la búsqueda de soluciones alternativas. En el juicio es fundamental no ceñirse a los esquemas que llevamos estudiados.
En gran parte de los juicios debemos improvisar, ya que, tanto testigos, peritos, denunciante, denunciado etc., pueden cambiar su declaración en la sala de vistas.
6. Tener buena psicología:
A veces hacemos una labor más de psicólogos que de abogados. Debemos tener capacidad para escuchar a nuestros semejantes y así poder encontrar una solución y ajustarnos a las demandas del cliente. Algunos temas requieren que el abogado se implique en el problema y ser capaces de empatizar. El cliente lo agradecerá, se sentirá comprendido y le aportarás la confianza que busca en un profesional, pero nunca permitiendo que afecte su trabajo.
7. Tener un carácter conciliador y diplomático:
Fundamental para enfrentarnos a clientes difíciles, o que requieran de un trato humano que el caso lo precise, también para poder actuar profesionalmente con Abogados problemáticos sin perder nuestro profesionalismo.
8. Ser capaz de actuar de forma auto suficiente:
Como todas las profesiones, la abogacía tiene sus especialidades. En ti está saber de qué origen es el asunto que debes resolver: de naturaleza civil, penal, tributario, fiscal, mercantil, laboral….entre muchos otros más. No todos los abogados tienen experiencia y conocimientos en la misma rama, así que abstente de buscar opiniones en cuanto abogado se te presente, si ya tienes un caso en curso para los mejores abogados.
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